domingo, 15 de enero de 2012

Único, inolvidable.


- ¿Se puede saber que te pasa?
+ Sabes de sobra lo que me pasa... Mañana me voy, te olvidarás de mi y nuestra situación no está muy bien que digamos.
- ¿Tú eres tonta? No puedo olvidarte, me es imposible; además, te debo algo.
+ ¿El qué?
- Un abrazo. ¿Recuerdas? Te lo prometí, y es lo que necesitas, que te conozco.
Era la hora. Ella debía irse.
+ Me voy ya.
- No te vayas, te encierro en mi casa ¿te parece?
+ No puedo, debo irme, lo siento enserio.
Él se abalanzó sobre ella, dandole un abrazo como si el mundo se acabara después.
- Te quiero. Voy a echarte de menos.- Le susurró al oído.
Ella sorprendida le dijo:
+ Y esto... ¿a qué viene?
- Te quiero demasiado y eso no lo va a cambiar nada ni nadie en este mundo.
+ ¿Te veré cuando vuelva?
- Claro que sí. Dentro de 15 días aquí estaré yo, esperándote con los brazos abiertos.
+ Quiero estar contigo.
- Y yo contigo y cuando vuelvas lo estaremos. Te esperaré, TE LO PROMETO.
+ Te quiero.- Se fue con las lágrimas en la cara.
Pasaron los 15 días. Había estado hablando con él todos y cada uno de los días, hasta que volvió. Él no estaba. Le había dejado tirada. ¿Que había pasado? ¿Había otra? Tantas preguntas sin respuesta... 
Él le había prometido un siempre y ya no estaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario